Sé cuando llevar a mi hijo/a al médico, pero ¿cuándo he de llevarle al psicólogo?

La crianza de los hijos supone un trabajo a tiempo completo, veinticuatro horas al día. Las preocupaciones de los papás están presentes de manera rutinaria: “¿Lo estaré haciendo bien?”, “¿Cuál será la mejor forma de afrontar esto?”, “¿Y si aquello que pienso no es así?”, etc.

 


Estas preocupaciones aumentan o generan más malestar cuando nuestro hijo/a se pone enfermo. Cuando se trata de un resfriado o una gripe, basta con llevarle al médico y seguir las pautas que éste proporciona, pero… ¿qué pasa cuando la dolencia de nuestro hijo/a es a nivel psicológico?

 


Para un desarrollo adecuado de nuestro hijo/a, es necesario estar atentos y tener en cuenta que los problemas psicológicos o trastornos mentales en edades tempranas también pueden aparecer. En estos casos, un tratamiento eficaz va a condicionar positivamente el futuro del niño/a. Sin embargo, si se deja pasar y no se trata de forma adecuada, las consecuencias pueden ser negativas y la sintomatología puede agravarse con el paso del tiempo.

 


Trastornos que se pueden desarrollar en la infancia o la adolescencia.

 


Un niño/a o adolescente puede desarrollar diferentes trastornos mentales o trastornos de origen psicológico. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su última versión (DSM-5) podemos encontrar:

 


Trastornos del desarrollo neurológico:
- Discapacidad intelectual.

- Trastornos de la comunicación (del lenguaje, fonológico, tartamudeo).
- Trastorno del espectro autista.
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
- Trastorno específico del aprendizaje (en lectura, en expresión escrita o en cálculo).
- Trastornos motores (trastornos de tics: síndrome Tourette, trastorno de tics motores o vocales crónicos, trastorno de tics transitorios).
- Trastornos de la excreción (enuresis o encopresis).
- Trastornos destructivos, del control de los impulsos y de la conducta (trastorno negativista desafiante, trastorno explosivo intermitente, trastorno de la conducta).
- Trastornos de la ingestión y de la conducta alimentaria de la infancia.También existen otros trastornos que pueden desarrollarse a esas edades, como pueden ser: trastorno bipolar, trastornos del estado de ánimo, trastorno de estrés postraumático o esquizofrenia.

 

 


¿Cuándo llevar a tu hijo/a al psicólogo? Síntomas a tener en cuenta.

 


Los niños/as atraviesan diferentes fases críticas a lo largo de su desarrollo y, por tanto, hay cierta sintomatología que se puede catalogar como “normal” para un pequeño de 3 años, pero que deja de serlo para uno de 5 años. Por ejemplo, entre los 2-3 años muchos niños/as viven una etapa de negativismo y responden con rabietas cuando no satisfacen sus deseos. Sin embargo, con unas pautas adecuadas y paciencia, esta fase se supera sin mayor complicación.

Existen una serie de indicadores o síntomas que no se deben dejar pasar y que pueden presentar los niños con un trastorno psicológico. A continuación, aparecen algunos de ellos:

 


Dificultad para conciliar el sueño.
Pesadillas frecuentes o terrores nocturnos.
Somnolencia excesiva.
Retrasos en el desarrollo del habla o el lenguaje.
Retrasos en el control de esfínteres.
Problemas de conducta (ira excesiva, rabietas, desobediencia, conductas agresivas verbal o físicas, tics, miedos, obsesiones…).
Retraimiento o dificultades en las relaciones sociales.
Desinterés por actividades con las que antes disfrutaba.
Episodios de tristeza o llanto la mayor parte del tiempo.
Cambios en el apetito y en el estado de ánimo.
Irritabilidad frecuente.
Bajo rendimiento escolar.
Inatención, hiperactividad o impulsividad.
Cambio repentino de actitud.
Problemas o dolores físicos sin causa médica: dolores estomacales, de cabeza, eczemas…
Dificultades en casa o en el colegio.

 

Estos síntomas podrían indicar que el niño/a padece algún trastorno o, al menos, son indicadores de que algo no va bien y sería indicado consultar a un especialista para salir de dudas.

 


No siempre hay que esperar a que el problema aparezca.

 


Es importante tener en cuenta que no es necesario esperar a que aparezca el problema para acudir al psicólogo. En ocasiones, es conveniente solicitar ayuda por parte del profesional cuando, por ejemplo, sabemos que el niño/a va a tener que adaptarse a ciertas situaciones que lo puedan desestabilizar (abordaje preventivo) o ya se está enfrentando a ellas. A lo largo de la infancia pueden ocurrir una serie de acontecimientos vitales como la separación de los padres, un cambio de domicilio o la muerte de un ser querido, que pueden dar pie a llevar a nuestro hijo/a al psicólogo.

 

Otro ejemplo podría ser cuando, por parte de los papás, se quieren aprender nuevas pautas de crianza para afrontar ciertas situaciones. De este modo, es interesante conocer que hay cuatro estilos de crianza: estilo autoritario, estilo permisivo, estilo negligente y estilo democrático. Así, dependiendo del estilo de crianza que apliques con tu hijo/a, éste se desarrollará de una forma u otra hasta alcanzar la adultez.

 


En la línea de esto último, por ejemplo, un niño/a con unos padres autoritarios se suele caracterizar por una mayor dependencia, sumisión, inadaptación social, inseguridad, baja autoestima, etc. O, por el contrario, cuando el estilo de crianza es permisivo, los niños/as suelen tener un peor rendimiento académico, más probabilidad de consumo de drogas y alcohol en el futuro, mayor riesgo de conducta agresiva, menos autocontrol, etc.

 


De esta forma, cuando el niño/a alcance la edad adulta, puede llegar a ser de una forma u otra, en gran parte, por la influencia de la crianza que sus padres ejercieron en su infancia o adolescencia sobre él/ella. Eso sí, es necesario saber que los estilos de crianza se pueden modificar y adaptar; así conseguiríamos un buen desarrollo cognitivo y emocional del niño/a, convirtiéndose, a su vez, en una persona adulta más sana mentalmente y feliz.

 

Referencias bibliográficas

APA (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Editorial Panamericana.

Cantón Duarte, J., Cortés Arboleda, M. R. y Cantón Cortés, D. (2011). Desarrollo socioafectivo y de la personalidad. Alianza Editorial.

 

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